Luis Montes (Arribes de Duero, Salamanca, 1949) fue coordinador de Urgencias del Hospital Severo Ochoa de Leganés hasta que una denuncia anónima le sentó en el banquillo, junto a otros médicos del centro, acusándole de 400 supuestas eutanasias, practicadas a pacientes terminales. La justicia le absolvió de estos cargos asegurando que fueron sedaciones a pacientes terminales que están permitidas por la legislación. El martes acudió a un acto organizado por el PCE, en el Centro Municipal de Salud para analizar el estado de la sanidad pública madrileña.
–¿Cuál es la receta para mejorar el sistema sanitario?
– Lo primero es que siga siendo un servicio público, porque hay que defender lo público. Es el único servicio del Estado del Bienestar que nos queda y que tenemos que conservar, por lo que todo paciente o individuo tenemos que luchar por el sistema equitativo que es la sanidad pública.
– Respecto al caso del Severo Ochoa, ¿se ha sentido manipulado por los políticos?
–Nosotros lo hemos dicho desde el principio del caso, que hemos llamado ‘caso Lamela’, y nos sentimos manipulados fundamentalmente por la derecha. Ha sido una cortina de humo para desprestigiar la sanidad pública y ocultar el verdadero debate que ahora está saliendo a la luz, que es la privatización y la externalización de los servicios públicos en favor de la iniciativa privada. Lo que no se puede es manipular un tema tan sensible y tan habitual como es la sedación de pacientes terminales para ocultar que se ha dado a empresas privadas la construcción de dos nuevos hospitales. Por tanto, que el único debate sea sobre la sedación de pacientes terminales, hace que me sienta muy manipulado, sobre todo por parte del Gobierno regional de Madrid.
–Se ha hablado siempre de la ‘mala praxis’, ¿cuál ha sido esa ‘mala praxis’?
– Creo que la última sentencia de la Audiencia Provincial, sobre la que no cabe recurso, hace referencia al auto de archivo que insta que se retire cualquier referencia a ‘mala praxis’, por lo que no es necesario hablar de esa palabra, no hay que volverla a decir. Ha quedado muy clarito por parte de la Justicia, que es el órgano supremo que tenemos y así lo ha dictado.
– ¿Hay que pedir permiso siempre a los familiares para realizar una sedación o hay que analizar caso por caso?
– El permiso de los familiares es siempre intrínseco. Cuando acuden al hospital o a una consulta y hay un pronóstico claro, en el que el paciente está muy delicado, se habla con la familia y hay un consentimiento implícito. Es una situación de duelo, en la que hay que acompañar al paciente y a la familia, y ellos lo saben. Todos los familiares en una situación así, lo que piden es que el paciente no sufra, el sufrimiento es absurdo cuando la muerte es inminente y lo que hay que hacer es tratar los síntomas y tratar al enfermo para que tenga un tránsito con el mayor confort posible. Es algo de sentido común.
– ¿Cree que debe crearse una normativa acerca de los cuidados paliativos o debe dejarse al juicio del médico?
– Esa normativa existe. En el código penal se tratan tres situaciones, la eutanasia, porque hay que empezar a hablar del tema, la eutanasia pasiva, y la indirecta. Estas dos últimas no están penalizadas pero la activa sí. La indirecta consiste en la sedación de los pacientes terminales y es una práctica habitual.
–¿Cómo está la situación en lo que a cuidados paliativos se refiere?
–Se está iniciando desde hace unos 15 años y depende un poco de las autonomías, pero en la Comunidad de Madrid, muy mal.
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