DEFENDER EL EMPLEO ES DEFENDER TU CIUDAD
Detrás de carta de despido hay una familia desesperada. Un sueño truncado en cada contrato no renovado. Hipotecas que aplastan familias, emancipaciones fallidas, la ciudad sufre con cada expediente de regulación.
Se terminó la mentira del ladrillo, la falsa gallina de los huevos de oro, la riqueza ficticia sustentada en el endeudamiento de por vida de toda una generación de trabajadores, a cambio de un puñado de metros cuadrados donde vivir.
El tejido industrial que nos queda amenaza con marcharse de Alcalá. No me refiero al pequeño empresario y autónomo que luchan por sobrevivir a esta tormenta, sino a esas grandes industrias que han obtenido y obtienen grandes beneficios. Esas grandes empresas que en ocasiones sueñan ver recalificado el suelo que ocupan para hacer negocio. Que en ocasiones hacen planes para marcharse y continuar su producción en lugares donde los trabajadores seamos más baratos.
Así funciona. Las multinacionales no son extranjeras ni españolas, no responden a más identidad que a la del capital que las engendra. No tienen fronteras para optimizar los beneficios del accionariado.
Mientras, aun hay trabajadores que piensan que el mundo laboral debe ser como un Mundial de Fútbol donde la que la nacionalidad marque diferencias y distancias entre os trabajadores. Nosotros, desde la Agrupación del PCE de Alcalá de Henares, pensamos que poco importa donde has nacido cuando se está en lo alto del andamio. Porque todos los que estamos en lo alto del andamio, no debemos distanciarnos por nuestro origen sino unirnos en defensa de nuestros intereses como trabajadores.
Y desde esta Agrupación nos preguntamos de qué sirvió la paz social? Esa mentira en la que se basó la sucesiva pérdida de derechos laborales que anteriores generaciones conquistaron.
Si el objetivo de las multinacionales es despedir masivamente a sus trabajadores para hacer el mismo trabajo con menos personas, si además se bajan los salarios por todos los medios. ¿A quién van a vender sus productos? No han dejado de empobrecer a sus consumidores.
Difícilmente los trabajadores vamos a continuar consumiendo, que es lo que nos piden, si cada vez estamos más endeudados, ganamos menos y aumenta el desempleo.
Son nuestros vecinos los que se quedan sin trabajo. Los que dejarán de gastar en el barrio los euros que les sobran, pues ya todos les faltan. Nuestra crisis no es un índice, nuestra crisis es una letra devuelta, es una factura del dentista, son los zapatos rotos que piden recambio, es el banco desalmado que mensualmente exige su dosis. Es la crisis de los barrios, de estos barrios que componen nuestra cuidad.
¿Y el Sr. Alcalde que opina de esto? ¿Nadie le va a recordar al Sr. Alcalde su maravilloso Plan General de Ordenación Urbana del 2005? En aquel lamentable Plan marcó como urbanizables a las principales zonas industriales de la ciudad, dando la espalda a la industria de Alcalá de Henares y a sus trabajadores. Hoy ya Poliseda, Koxka, Bosch… han abandonado la ciudad dejando una sangría de puestos de trabajo. Estamos pasando de ser ciudad industrial a urbe de tapas y campos de golf. Triste futuro.
Y el Gobierno del Estado bien, subvencionando bancos, con suerte la banca tendrá la bondad de prestarnos el dinero que el Gobierno le dio de nuestros impuestos. Ya se lo devolveremos con intereses al bueno de Botín y compañía. ¿Son estas medidas socialistas y obreras? SI el Gobierno defiende a la banca, ¿Quién defiende a los ciudadanos?
Nos dijeron que fuéramos competitivos, consumistas, defensores del individualismo. Y ahora nos han cogido a contra pie, sin costumbre de unirnos para defender intereses comunes, pero siendo grandes expertos en fútbol y videojuegos.
Pero nuestra esperanza no puede estar en bancarrota, es precisa la reacción. Ni un metro cuadrado ha de ser recalificado para la especulación de quien nos quiere dejar en paro, ni un expediente de regulación más debe ser aceptado por la Dirección General de Trabajo. Donde hay beneficios, no puede haber despidos.
Miremos las noticias con otros ojos, observemos como discute cada chef de la política por el poder. Tan enfrentados, tan parecidos, nos ofrecen idéntico menú ocultándonos que da igual el cocinero. Lo que falla, es la receta.
David Cobo
Movimientos Sociales – PCE Alcalá de Henares
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