martes, 9 de noviembre de 2010

Campaña de firmas contra el Copago

Agradecemos tu compromiso en la lucha contra la privatización de la sanidad, mediante la firma contra la Ley 15/97. Medio millón de personas (500.000) han apoyado esta lucha, exigiendo con su firma la derogación de dicha Ley.

Gracias a ello y a pesar de la falta de sensibilidad al respecto de numerosísimos políticos -la ex-Ministra de Sanidad, Trinidad Jiménez, no ha considerado necesario recibirnos-, el Parlamento aprobó el pasado noviembre/09 una proposición de IU instando su modificación (si bien un año después aún no se ha desarrollado).
                      
También gracias a ello se ha dado a conocer a la ciudadanía quiénes son los responsables de la privatización sanitaria: aquellos partidos que votaron a favor de dicha Ley (PP, PSOE, CiU, PNV, CC), o los que, sin votarla, garantizan con su apoyo que se abran hospitales privados mientras se cierran camas públicas en varias comunidades autónomas.


El sábado, 13 de noviembre, comienza una nueva campaña de recogida de firmas contra el COPAGO.

· El copago consiste en volver a pagar por algo que ya hemos pagado, y se pretende justificar a través de un bombardeo de falsos mensajes que nos dicen que “el sistema es insostenible” debido al incremento del gasto y a una supuesta sobreutilización de los servicios, ocultando que el estado español dedica mucho menos dinero que la media de la Unión Europea para la Sanidad Pública.

· No podemos olvidar que ya existe un importante copago: la aportación en farmacia del 40% para las personas activas3 y del 10 % para los pacientes con enfermedades crónicas.

· Nos dicen que el único objetivo del copago es concienciar a la población para que al tener que pagar una parte del coste de la asistencia haga un mejor uso del sistema. ¿Concienciar a la población?: salvo atención primaria y los servicios de urgencia de los hospitales, todo uso de los recursos sanitarios requiere inexcusablemente de la indicación del médico.

El verdadero objetivo que se persigue es que parte de la atención sanitaria sea pagada en el momento del uso (además de con impuestos), medida de escasa repercusión para las rentas altas, pero catastrófica para los ciudadanos con escasos ingresos o enfermedades crónicas. De nuevo, con la disculpa de una crisis que no han creado los trabajadores, se plantea que sean los sectores menos favorecidos los que asuman el gasto.

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