Trabajadores de Honeywell movilizandose por sus derechos. |
La
Agrupación del PCE de Alcalá de Henares participó en la marcha por la
reindustrialización y el empleo en la Comarca del Henares.
Durante la marcha el PCE expresamos
en todo momento nuestro frontal rechazo a las políticas privatizadoras y
recortes de derechos aplicados por el Gobierno del Estado. Así como pusimos de
manifiesto la descarada sintonía en política económica entre el PSOE y PP,
demostrando en la práctica que ambas formaciones políticas son las dos caras de
la misma moneda.
Reindustrialización
y ZEPA
Desde hace cinco años, bastante
antes de la crisis, el PP de Alcalá de Henares hacía público su interés en que
la zona ZEPA perdiera su grado de protección ecológica. Su interés no es
otro que el de persistir en su suicida política de financiación especulativa
mediante la descontrolada recalificación
a urbanizable de todo el suelo disponible.
Ahora vuelven a la carga
utilizando la escusa de la reindustrialización. Dicen que es preciso que todo
el suelo de la ZEPA pase a ser de tipo “c”, lo cual permite uso industrial o
residencial, pues aseguran que Alcalá de Henares necesita más suelo industrial.
Desde la Agrupación del PCE
de Alcalá de Henares queremos que se recupere el tejido industrial perdido en
Alcalá de Henares, pero esta reindustrialización no esta escasa de suelo
industrial sino de inversiones. Actualmente hay en Alcalá mucho suelo
industrial que está inactivo, lo que hace falta es que haya proyectos e
inversiones que lo pongan a funcionar.
Por lo tanto, la Agrupación
del PCE de Alcalá de Henares es contraria a todas las zonificaciones de tipo “C”
en la ZEPA, pues defendemos un modelo de ciudad y financiación municipal
totalmente opuesto al de las formaciones políticas que, por acción u omisión,
dan el visto bueno a que la especulación entre en la ZEPA.
Propuesta del PCE en
todo el Estado
Para
el PCE, en la actual de crisis del
sistema capitalista global, es el momento de centrar la atención en las necesidades
y de luchar por el control de lo público para ponerlo al servicio de esas
necesidades.
·
Financiación de los ayuntamientos para
garantizar que los entes locales avancen
hacia la autonomía financiera y evitar así que las actividades urbanísticas sean
la fuente principal de financiación de los municipios. Por otro lado es
necesario tratar de forma diferenciada el endeudamiento provocado para
beneficiar al sector privado de la inversión en las mejoras del patrimonio
común.
·
Las Cajas de Ahorro, que suponen el
50% del sector financiero español y que se encuentran cada vez más
“bancarizadas”. En estos momentos, los procesos de reestructuración apuntan a
una nueva vuelta de tuerca en ese sentido.
Hay que empezar a caminar en la dirección de la
nacionalización potenciando su carácter social pero dejar de ser privadas para
pasar a ser públicas.
El PCE defiende la reconstrucción de una banca
pública bajo criterios éticos, sociales y participativos, que conserve la
presencia de los representantes políticos legítimamente elegidos pero que se
guíe por comportamientos radicalmente democráticos y cuente con contrapoderes
que eviten que se conviertan en simples instrumentos partidistas.
Se
debe tomar como referencia la llamada banca ética, y trabajar sin afán de
lucro, de forma transparente, con obra y responsabilidad social y comprometida
con la financiación de la actividad productiva.
La
banca pública no tiene que considerarse competencia de la banca privada, que
puede seguir existiendo pero con una regulación más estricta que impida, por
ejemplo, que utilicen los paraísos fiscales para sus negocios.
- El PCE ha defendido y sigue haciéndolo, el principio
de homogeneidad fiscal de forma que la carga fiscal dependa de los ingresos de
cada persona física o jurídica y no del territorio donde resida, así como del
principio de redistribución equitativa de modo que, descontados los gastos federales
generales, cada comunidad reciba la parte proporcional que le corresponda, de
acuerdo a criterios objetivos como magnitud de población o del territorio, se
trata –en última instancia- de que cada cual reciba según sus necesidades y
cada cual aporte según su renta.
·
Aumentar la capacidad fiscal a través
de un sistema impositivo más progresivo que grave fundamentalmente las rentas
del capital y en particular los beneficios de las grandes compañías y
recuperando el impuesto sobre el patrimonio.
·
No basta con más recursos, es
necesaria una profunda democratización del Estado y sus estructuras a todos los
niveles mediante la introducción de formas de democracia participativa y
control ciudadano pues de lo contrario, más recursos para el Estado significan
más recursos para las oligarquías. Toda una redefinición del contenido y la
composición del gasto público al servicio de una economía enfocada a la
satisfacción de las necesidades sociales, la creación de empleo digno y a la protección
del medio natural y los bienes comunes, en la perspectiva de una planificación
democrática de la economía.
·
Reforma del IAE, para disuadir la
implantación de grandes superficies, gravando de forma especial por su consumo
eléctrico, y número de plazas de aparcamiento.
·
Garantizar a toda persona en paro un
subsidio de desempleo o un salario social, vinculado a la realización de
actividades comunitarias y/o de formación acorde con el SMI, mientras no tenga
un puesto de trabajo digno.
·
Desarrollo de una política activa de
inspección que combata los abusos y la explotación laboral.
·
Eliminación de los contratos basura.
Los servicios de la administración municipal y autonómica se prestarán siempre
de manera directa por dichas administraciones o por empresas públicas, con
trabajadores con idénticos derechos y condiciones laborales dignas. Ambas
administraciones procederán a una revisión drástica del cumplimiento de todas
las contratas privadas existentes en la actualidad, como primer paso a la
devolución al sector público de todas ellas.
-
Eliminar las ETTs. Sus funciones serán desempeñadas
por servicios públicos de empleo.
Los servicios públicos se establecieron para
satisfacer las necesidades de las personas, no para el comercio ni el beneficio
económico; y no pueden regirse por criterios de rentabilidad, sino de interés
social. De acceso universal, mantenidos por una fiscalidad solidaria,
representan uno de los derechos sociales más significativos alcanzados por la
ciudadanía a lo largo de la historia, y son indispensables para luchar contra
las desigualdades sociales y territoriales.
Constatamos que en los últimos años se está dando
una campaña generalizada para desprestigiar y desmantelar los servicios
públicos. La estrategia global de privatización de estos se sustenta sobre un
primer proceso de manipulación ideológica de la opinión pública que se ha ido
desarrollando de modo sistemático, constante e implacable durante los últimos
años.
Los y las comunistas debemos continuar luchando por
unos servicios públicos y de calidad, de acceso universal y gratuito.
Es necesario que todos los servicios
imprescindibles para el funcionamiento de la sociedad sean plenamente públicos,
incluida la gestión de los mismos, se gestionen con absoluta transparencia y
estén sometidos a un estricto control democrático.
Hoy no es suficiente decir no a las privatizaciones, es necesario un plan de nacionalización de todo lo que se ha privatizado estos años pasados y de todo aquello que sea imprescindible para la atención de las necesidades sociales.
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