MANIFIESTO DEL PARTIDO COMUNISTA DE ESPAÑA ANTE
EL 14 DE ABRIL DE 1012
El
próximo 14 de Abril conmemoramos el 81 aniversario de la proclamación de la II
Republica. Lo hacemos en unos momentos de recortes en los derechos sociales y
de limitación de las libertades colectivas e individuales nunca antes conocidos
tanto por su profundidad como por el corto espacio de tiempo en que se están
produciendo.
Las
políticas neoliberales aplicadas primero por el gobierno de Zapatero y ahora
por el del PP, al servicio ambos de los intereses del capital financiero y
especulativo, han profundizado la crisis económica y empeorado las condiciones
de vida de las gentes trabajadoras creando una situación sin precedentes en cuanto
a desempleo, precariedad laboral, aumento de la pobreza y de la exclusión
social.
Las
reformas que se están implementando, con la excusa de la salida de la crisis,
pretenden cambiar el modelo de relaciones sociales que conocíamos hasta ahora y
acabar con el estado social y de derecho que era la base de las democracias
occidentales desde el fin de la segunda guerra mundial. La pérdida de derechos
laborales y sociales, la privatización de servicios públicos esenciales puestas
en práctica con las dos últimas reformas laborales y otras medidas del gobierno
nos llevan a un nuevo modelo de relaciones sociales donde prima la “ley del más
fuerte”, el ideal del liberalismo político. A esta peligrosa deriva social se
une la descarada intromisión del capitalismo transnacional en la soberanía
nacional. El chantaje de los “mercados” a los países europeos, especulando
primero con la deuda pública, imponiendo luego condiciones draconianas para su
pago y gobiernos tecnocráticos para su cumplimiento junto a la sumisión a los
mismos del conjunto de los gobiernos europeos y de la UE ponen también en
peligro el propio régimen democrático tal y cómo lo hemos venido conociendo.
La
última reforma de la Constitución del 78 ha constitucionalizado al
neoliberalismo al poner por encima de cualquier consideración el pago de la
deuda externa, la sumisión a los “mercados”, con ello, las fuerzas al servicio
del capital financiero especulativo han dinamitado el pacto constitucional y
convertido en papel mojado el estado social y de derecho que proclama dicha
Constitución.
Una
ruptura política pero también social, especialmente social, como esta crisis
permanente nos esta demostrando. El actual marco jurídico, político y
administrativo sustenta y posibilita el que las clases trabajadoras somos ahora
más pobres y las clases dominantes más ricas.
Esto
significa hoy la imposibilidad de encontrar un empleo digno, una vivienda y
emanciparse, menos servicios sociales, deterioro de la educación y la
sanidad... , significa un retroceso sin precedentes en derechos sociales,
laborales y políticos, un cambio de régimen que nos retrotrae al siglo XIX.
La
juventud sabe especialmente bien de que estamos hablando y por eso están
empezando a protagonizar movilizaciones ante la ausencia de un futuro
medianamente certero. Sus vidas están condenadas a la precarización y la
explotación y nadie les habla de que la situación va a mejorar. Más bien al
contrario.
El
Partido Comunista de España no se resigna, no acepta como irremediable el
actual estado de las cosas y estamos convencidos que conectamos con la mayoría
de la sociedad cuando decimos que la crisis no puede recaer en las espaldas de
los más débiles, el resultado de las pasadas elecciones andaluzas y asturianas,
el éxito de la Huelga General nos muestran el camino: la movilización y la
resistencia son nuestras armas, por eso desde el PCE venimos proponiendo una
salida social y democrática anticapitalista a la crisis que construya en torno
a ella un bloque social mayoritario que permita una salida de la crisis que
ponga la economía al servicio de las personas trabajadoras y no al del capital,
que recupere y profundice derechos en vez de eliminarlos, que priorice la
creación de empleo estable y de calidad y no el pago de la “deuda”.
A
principios del siglo XX la idea de la República significaba para los
trabajadores y trabajadoras un régimen que reconocería derechos laborales,
sociales y políticos y que mejoraría sus condiciones de vida, su proclamación
en 1931 y la Constitución que aprobaron las Cortes confirmaron sus esperanzas.
La II República española, una república de trabajadores y trabajadoras, fue
destruida por las clases dominantes por atreverse a intentar acabar con los
privilegios de unos pocos para poner la economía al servicio del ser humano, de
las mayorías sociales.
Hoy, a
principios del siglo XXI La Republica de España vuelve a ser la respuesta en
positivo, la respuesta ilusionante, la manera democrática de constitucionalizar
la justicia social y el reparto equitativo de la riqueza. La Republica de
España debe ser la solución al empleo, a los desahucios y al dominio de la
banca sin escrúpulos entre otras cuestiones que hoy angustian a millones de
españoles.
Somos
una tierra de recursos y gente trabajadora. España es rica pero desigual, muy
desigual, baste decir que las grandes empresas defraudan cada año 62.480
Millones de euros ¡cada año! En comparación cabe decir que el primer gran
recorte de Rajoy ha sido de unos 14.000 Millones. Hay dinero, hay riqueza, hay
posibilidades, pero están muy mal repartidas y dirigidas.
Pan,
trabajo y libertad pedíamos en el proceso constituyente que concluyó con el
texto de 1978 que estableció la Monarquía Parlamentaria. Esas mismas cuestiones
son las que hoy nos apremian a alumbrar un nuevo proceso constituyente hacia la
III Republica de España, que va a posibilitar una Jefatura democrática del
Estado pero que, sobre todo, está llamada a acortar la brecha social entre
ricos y pobres, a restablecer los derechos que nos están robando y a
constitucionalizar otros nuevos que también reivindicamos.
En ese
proceso constituyente ya trabajamos multitud de colectivos y organizaciones
republicanas como pudimos ver recientemente en el encuentro republicano
celebrado en Madrid el pasado 21 de enero y en el cual se constituyo la Junta
Estatal Republicana.
Llegamos
también a este aniversario de la proclamación republicana en España con una
Casa Real en sus momentos más débiles. Hasta tal punto esto es así que se han
visto obligados a dar a conocer por primera vez el destino de la cantidad de
libre disposición que contemplan los Presupuestos Generales del Estado para la
Jefatura del mismo.
A esto
hemos llegado no por dignidad democrática, no por presión popular a pesar de
las miles de firmas de ciudadanos que pedían transparencia en las cuentas
públicas. Hemos llegado a esto porque la sombra de la corrupción ha aparecido,
públicamente por primera vez, en la Casa Real.
Este
asunto ha puesto el foco en situaciones que antes pasaban más desapercibidas
como los dos millones de euros que nos cuesta mantener el complejo de Marivent
para que la Familia Real pase sus vacaciones. El caso Urdangarín, que no hay
que olvidar que es una pieza del caso “Palmarena”, va a hacer que se sea menos
condescendiente socialmente con los despilfarros de la Monarquía y su entorno y
ha abierto interrogantes que precisan respuesta.
Más
allá de la condena o no del personaje, está en juego el Estado de Derecho y la
dignidad de una institución que se supone está al servicio de España. En este
sentido es muy conveniente saber si el Rey intentó tapar los presuntos actos
delictivos de su yerno cuando lo envío a EE.UU. como también sería bueno
conocer si todos o algunos de los miembros de la Familia tienen cuentas en el
extranjero y, por supuesto, de dónde provienen esos ingresos de esas cuentas.
Cada
14 de Abril los demócratas españoles tenemos una obligación de merecido
homenaje a aquellos que defendieron la democracia frente al golpe de Estado de
1936. Los que la defendieron antes del golpe, los que lo hicieron durante el
mismo y aquéllos y aquéllas que lucharon por la democracia en los 40 años de
dictadura y entre ellos y ellas, especialmente a los miles de comunistas que
perdieron sus vidas o parte de ellas en los muros de los cementerios, en las
cunetas, en los frentes de batalla de Europa, en los campos de exterminio nazis
y en las cárceles franquistas.
Sin
embargo, esto no será posible si miles de ellos y ellas siguen “desaparecidos”
en cunetas y fosas indignas. Mientras que el Estado no asuma su
responsabilidad, no cumpla con los convenios y tratados internacionales, por
uno de los mayores genocidios de la historia contemporánea, no podremos pasar
esa página de la historia, desde aquí seguimos exigiendo, verdad, justicia y
reparación.
El
Partido Comunista de España rechaza la sentencia del Tribunal Supremo en todos
aquellos extremos que no se refieran a lo que realmente estaban juzgando y para
lo que se han establecido las oportunas garantías procesales, es decir, no
consideramos competente a ese tribunal para juzgar los crímenes de la dictadura
porque no ha puesto en marcha los mecanismos que marca la propia Ley para
Juzgarlos. Estos son los correspondientes derechos de las victimas para
personarse y dar su opinión sobre el proceso y los asuntos que se juzgan.
Ningún
tribunal está legitimado para emitir sentencia alguna sin seguir un
procedimiento que garantice los derechos procesales de las victimas. Dicho más
claro, el citado tribunal no puede dictaminar, como ha hecho, que los
crímenes del franquismo no son considerados delitos contra la humanidad
sencillamente porque no estaba juzgando eso. Este tribunal se ha extralimitado
conscientemente de aquello que estaba juzgando y para lo que había establecido
los mecanismos garantistas de nuestro ordenamiento jurídico.
Las
autoridades judiciales debieran actuar ante tal tropelía pero mucho nos tememos
que no va a ser así. De ahí que hayamos decidido obviar todos aquellos extremos
de la sentencia que no se refieran al asunto juzgado, la prevaricación o no del
Sr. Garzón al investigar los crímenes del franquismo.
Seguimos
pidiendo tutela judicial para aquéllos y aquéllas que fueron asesinados y
enterrados en fosas comunes, seguiremos intentando la reparación judicial y a
todos los efectos de los que fueron juzgados y asesinados tras juicios
sumarísimos, y continuaremos buscando la manera de que los crímenes del
franquismo sean considerados como lo que realmente son, delitos contra la
humanidad y por lo tanto, siguiendo la doctrina del propio Supremo, delitos que
deben ser conocidos, perseguidos y condenados por parte de los Tribunales de
Justicia.
No
olvidamos a los héroes de la democracia en este nuevo 14 de Abril, les rendimos
el sentido homenaje que merecen y que en muchas ocasiones les han negado
instituciones y partidos que se reclaman democráticos.
Sin
duda la necesidad de abrir el proceso constituyente republicano está más
extendido hoy que cuando hace un año celebramos el 80 aniversario. El
empobrecimiento de la población, la falta de futuro y la reducción de servicios
que creíamos para toda la vida están acrecentando esa necesidad. La Republica
que viene es el marco económico, social, político, cultural e institucional del
que los ciudadanos y ciudadanas se dotan libremente y por el que se consienten
para afrontar los problemas y sus soluciones. Es la respuesta a la injusticia y
el desequilibrio social.
Es
momento de unir esfuerzos en la idea común de la apertura del proceso
constituyente republicano, a esa tarea nos vamos a entregar los comunistas y a
esa tarea animamos a todos y a todas.
Partido Comunista de España
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