lunes, 15 de marzo de 2010

El timo de la estampita de los planes de pensiones

El timo de la estampita de los planes de pensiones


JUAN CARLOS ESCUDIER. MARZO 2010
En contra de lo que puede parecer, tener un plan privado de pensiones no es delito, ni siquiera pecado, pero desde que Corbacho reconoció que tenía uno suscrito y nos recomendó seguir sus pasos, ha desencadenado una exhaustiva encuesta entre los políticos sobre este particular con un juicio preconcebido: si dicen que tienen uno es porque no se fían de las pensiones públicas; y si afirman que no lo tienen lo hacen por disimular. El ministro de Trabajo ha conseguido dos cosas: que la Asociación Española de Banca le nombre empleado del mes, y, de paso, aunque sea de forma involuntaria, extender la desconfianza sobre el sistema.


Los planes privados se pusieron de moda hace casi dos décadas cuando, como ahora, se puso en cuestión la viabilidad de las jubilaciones. La alarma resultó falsa pero los bancos se pusieron las botas con unos productos que les dejan al año más de 1.000 millones de euros en comisiones y que constituyen, hablando en plata, una versión moderna del timo de la estampita, tal y como demostraron dos profesores del IESE, Pablo Fernández y Vicente J. Bermejo, en un trabajo titulado Rentabilidad de los Fondos de Pensiones en España 1991-2007.


Vean sus conclusiones: sólo dos de los 170 planes con 17 años de historia fueron más rentables que los bonos del tesoro; ninguno de los 170 planes con 17 años de historia, tres de los 511 planes con 10 años de historia, dos de los 1.597 planes con 5 años de historia y 2 de los 2.007 planes con tres años de historia superaron en rentabilidad al índice de la Bolsa de Madrid. A pesar de todo lo anterior, a 31 de diciembre de 2007 10,4 millones de partícipes habían colocado sus ahorros en 3.185 planes de pensiones, cuyo patrimonio ascendía a 86.600 millones de euros.


¿Desgravaciones fiscales? Buena parte de los suscriptores se la dejaron en el camino en menos de cinco años, debido a las comisiones y a las ineficiencias en inversión y gestión, lo cual tiene mérito porque las dos terceras partes del patrimonio de los fondos estaba invertido en renta fija y tesorería. Esta es la historia de los planes de pensiones que patrocina Celestino Corbacho y sobre cuyas bondades se ha extendido también Miguel Sebastián, que debió cogerles cariño en su etapa en el BBVA. Con los datos en la mano, compadezcan a sus titulares.

Enlace al trabajo Rentabilidad de los Planes de Pensiones
http://www.iese.edu/research/pdfs/DI-0741.pdf

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